viernes, 26 de junio de 2009

Reflexiones

Después de recorrer las calles y entrevistar a la gente, descubrimos que las reacciones recibidas fueron las esperadas. Nos divirtió que la gente se acercara a preguntarnos qué estabamos armando, así como también las risas al pasar... y claro, con nuestros disfraces "Utilísima", ¿quién no habría de hacerlo? Confesamos que hubo un par que hasta se escondían de la cámara. Y nunca faltan los reacios que niegan hasta el saludo.
Pero en fin, al margen de un par de sobres rechazados, nos gustó poder llegar a la gente, ya sea arrancándoles una sonrisa o haciéndoles reflexionar, por un instante, cuánto más personal es una carta que un rápido mensaje de texto; cuánto más emotivo es dedicarle una rato de nuestro puño y letra para saber que todavía nos acordamos de ellos.
Tenemos conciencia (y somos partícipes activos) de la comodidad de la tecnología que tenemos al alcance de la mano, pero lo importante es detenerse un momento y darse cuenta de que, si seguimos todos para adelante sin mirar a nuestro lado, vamos a perder esas pequeñas cositas que reconfortan el alma.
Así que nuestra propuesta sigue en pie: sientense aunque sea 5 minutos, aunque sea tedioso, aunque el tiempo nunca nos alcance, a dedicarle un ratito a aquella persona, o aquella familia que hace tanto no vemos. O por qué no, a algún amigo, vecino, quien sea; no es cuestión de distancia ni de tiempo. Aún existe el papel, aún existen las lapiceras de colores y los marcadores con sellitos, por ende asumimos que aún existe en nuestro interior esas ganas de reconfortar al otro.
Y creemos que la mayor sorpresa, llegará en el momento que seamos nosotros los que recibamos una respuesta. Cuando nos demos cuenta de que alguien, nos dedicó un ratito de su tiempo.

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